Un Paralelo Paradójico: Un Nuevo Proyecto para una Nueva Generación
Para 1994, el público que había crecido con la serie original de 1982, ya se encontraba cerca de una edad adulta, pero para quienes continuaban siendo aficionados a la industria de la animación, se desarrolló un proyecto acorde a sus preferencias, sin embargo, BIG WEST tenía la ambiciosa idea de desarrollar otro proyecto completamente diferente en forma paralela, teniendo éste la finalidad de captar la atención de una nueva audiencia, centrándose por tanto en el público infantil y juvenil de la época, que para ese entonces, ya mostraba otro tipo de preferencias en las obras que consumía.
Fue así como, de la mano con Shoji Kawamori se comenzaría a trabajar en lo que vendría a ser la segunda serie de televisión de la franquicia, para esto, se volvería a contar con el talento del diseñador de personajes, Haruhiko Mikimoto, quien había seguido colaborando con BIG WEST prácticamente en todos los proyectos relacionados con la franquicia, salvo la serie de O.V.A’s Macross Plus.
El regreso de Mikimoto tenía como finalidad dotar a los personajes del carisma y atractivo del que contaban los personajes de la serie original, pero actualizándolos al estilo de una nueva década, desarrollando así, un amplio elenco de variados personajes, cada uno con notables particularidades que tenían como cometido cautivar a las jóvenes audiencias, que ya veían a la historia original, como un producto de época.
Sin embargo, la naturaleza del proyecto, notablemente menos arriesgada que su paralelo, Macross Plus, daría como resultado una serie de televisión que no destacaría por el conocido apego al detalle de sus predecesoras, sino por el contrario a desarrollar una historia centrada en divertidos enredos personales, más parecidos a los de las llamadas “novelas ligeras” que para entonces ya gozaban de gran popularidad del público objetivo.
Para esto, Kawamori optaría por contar con el director Tetsuro Amino, quien se encargaría de dotar al nuevo proyecto de un tono mucho más ligero y relajado, sin ser demasiado apegado al rigor técnico que caracterizaba a muchas de las clásicas obras de ciencia ficción que surgieran hacia mediados de la década de los 80’s, mientras que otro viejo conocido de la franquicia, Sukehiro Tomita, volvería nuevamente para hacerse cargo parcialmente del guion.
Sin embargo, la serie trascendería por sobre cualquiera de sus aspectos, debido a la peculiar música desarrollada para el proyecto, la cual curiosamente, no podría considerársele como una banda sonora, siendo esto una de las principales particularidades de la serie, al estar centrada en una banda de “rock and roll” y su ascenso a la fama a bordo de una de las flotas de colonización de ultra largo alcance, narrando sus peripecias al tener una nueva guerra especial como fondo, lo que haría que la música interpretada por el grupo apareciera en repetidas ocasiones durante la serie, lo que haría de cierto modo, la creación de una banda sonora como tal, algo un tanto incompatible.
Para la música de esta banda, se optaría por contar con el talento del cantante Yoshiki Fukuyama proveniente del grupo de rock japonés llamado Humming Bird, y la cantante de pop alternativo Chie Kajiura, una de las habituales maniobras promocionales de Victor Entertainment de promover a sus nuevos valores. Sería pues con el trabajo en conjunto con el productor Shiro Sasaki y los misteriosos compositores conocidos como K. INOJO y M. MEG, se encargarían de desarrollar el proyecto de una banda de rock ficticia, creando su música desde cero, obteniendo un resultado sorpresivamente sólido al lograr amalgamar de forma eficiente a dos talentos tan distintos.
Con el paso del tiempo, este proyecto que recibiera el nombre de Macross 7, acabaría convirtiéndose en una de las entregas más divisoras de la franquicia, al haber triunfado en “reclutar” a una generación completamente nueva de fanáticos, pero causando un enorme conflicto en sus viejos seguidores, al encontrar el proyecto demasiado infantil e incluso por momentos absurdo, gozando sin embargo de una gran popularidad incluso hasta nuestros días en Japón, habiendo sido referenciada en más de una ocasión en entregas posteriores de la franquicia y sus eventos conmemorativos, siendo esto el principio de una serie de lanzamientos poco consistentes pero no por ello menos memorables y ¿Por qué no?, hasta entrañables, demostrando desde entonces, que la esencia de la franquicia era apotrar numerosas visiones al concepto en general, acabando por ser un debido complemento, a un proyecto tal vez demasiado maduro como lo era Macross Plus.
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