Reseña Macross Plus

Como parte de una reestructuración completa de la franquicia, en 1994 aparecería la ambiciosa serie de O.V.A.'s Macross Plus, que contaría con un sobresaliente equipo creativo que lograría la difícil tarea de renovar un título clásico, a la par de crear una estética completamente nueva con una narrativa muy madura.

Siendo el aspecto visual, sin duda la tarjeta de presentación para cada una de las entregas de la franquicia, sería en este rubro en el que Macross Plus obtiene uno de sus principales aciertos, sólo pudiendo ser descrito como un triunfo absoluto, intentando apegarse al realismo de los combates aéreos (conocidos en la jerga como "dog fight"), en la medida de lo posible.

El nivel de detalle en la animación es incomparable con cualquiera de sus similares, logrando un alto estándar de calidad que a día de la fecha, aún puede considerarse como sencillamente impecable, valiéndose para esto nuevamente del talento de animadores como Ichiro Itano, un habitual colaborador de la franquicia, además de traer de vuelta al talento de gente como Hideaki Anno, quien a pesar de contar para entonces ya con dos éxitos en su faceta como director, aceptaría volver a colaborar con Studio Nue, haciendo así el alto nivel técnico alcanzado aún más manifiesto.

Durante años, al proyecto se le llegó a conocer como la O.V.A. más costosa de la historia, lo que no es nada difícil de creer teniendo en cuenta el alto nivel de producción manejado para el proyecto, y probablemente una de las principales razones de su corta duración, constando únicamente de 4 episodios, intensos, dramáticos, cómicos y visualmente impresionantes, siendo este el primer gran proyecto atribuible a la privilegiada visión de Shinichiro Watanabe que, finalmente recibía su gran oportunidad, luego de haber coordinado algunos proyectos de menor envergadura para el estudio Sunrise, logrando una excelente mancuerna con Shoji Kawamori como director, obteniendo perspectivas increíblemente detalladas, llegando incluso a incursionar en los gráficos generados por computadora, en una época en la que sólo las producciones más grandes de hollywood podían permitirse utilizarlos, una muestra indiscutible de la audacia de los realizadores de Macross Plus.

Afortunadamente, no es sólo la animación lo que hace de esta obra, el clásico de culto que es hoy día, pues esta atractiva envoltura del producto se complementaría maravillosamente con el guion de la tristemente desaparecida Keiko Nobumoto, quien nos mostraría una visión completamente renovada de la saga espacial, desarrollando personajes mucho más humanos, alejados del estándar obtenido en la serie original que por momentos probablemente pueda considerarse como excesivamente idílico.

Los retratos que Nobumoto logra en esta obra son más sinceros e incluso desgarradores, brindándonos breves pero profundos vistazos del alma y la esencia de los tres personajes principales, cada uno de ellos sobrellevando el dolor y el temor a su manera, en una situación que les enfrenta a los achaques de la vida adulta y las grandes culpas inherentes a la madurez de un ser humano, llegando incluso a tocar un tema tabú como lo es el abuso en todas sus formas, sin llegar a cometer el error de abordarlo de una manera excesivamente sórdida o imprudentemente insensible, mostrando así la talentosa escritora gran habilidad al momento de plantear un escenario emocional que se desarrolla en un ambiente híper globalizado de un futuro cada vez menos distante.

Llegando incluso a coquetear con el género del "cyberpunk", Macross Plus logra conservar su esencia "space opera", planteando un escenario vanguardista de un futuro brillante sobre el que se cierne una terrible amenaza, abordando temas particularmente visionarios para la época como el uso de drones, delincuentes informáticos y la inteligencia artificial, teniendo guiños que tal vez pecan ser demasiado evidentes a 2001: A Space Odyssey, particularmente de su adaptación cinematográfica dirigida por Stanley Kubrick.

Por si fuera poco, la música juega el papel del arma secreta de la obra, al prescindir por completo del conocido estilo "j-pop" tradicional, del que la franquicia fuera referente durante años, contando con el maravilloso trabajo de Yoko Kanno, compositora sumamente ecléctica que supo plasmar una gran variedad de estilos en la banda sonora, logrando así contribuir a generar un universo musical dentro de la franquicia dotándole de una personalidad mucho más diversa e incuso creíble, abarcando géneros como el pop en un estilo un tanto más sofisticado, el "new age" y varios estilos de música electrónica, que para ese entonces, estaba aún por popularizase a gran escala.

Sin embargo, Macross Plus se queda algo corta al empatizar con el público, no logrando replicar el carisma de los personajes originales, y siendo muy poco "amistosa" con el espectador casual que al no identificar ciertos elementos estereotípicos de la animación japonesa, puede que llegue incluso a mostrar un nulo interés por la obra, jugando en contra por tanto el diseño de personajes de Masayuki (caracterizado por un estilo un tanto más "áspero"), razón por la que probablemente muchos fanáticos de la serie original sencillamente no logren identificarse con esta entrega.

Se trata pues, de un clásico de auténtico culto, relegado injustamente por años debido a diversos factores externos, y tal vez siempre a la sombra de otros títulos que aparecerían poco tiempo después en la industria, de la mano de muchos de sus realizadores, como Evangelion, Cowboy Bebop o Ghost In The Shell, pero que sin duda, junto a estos títulos, brindaron una maravillosa alternativa a las acartonadas propuestas de hollywood durante la segunda mitad de los años 90's, y creando un culto de la comunidad "otaku" de la época, una que, permitiéndonos parafrasear a un conocido personaje de Star Wars, podríamos decir que, por momentos se sintiera "mucho más civilizada".

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