De vuelta en el hospital, Mylene visita nuevamente a Gamlin, mostrando gran preocupación por él a pesar de todo, mientras el disciplinado piloto es notificado del estado de shock en el que se encuentra ahora el Capitán Kinryu, causándole así gran impotencia.

Mientras tanto, Gepelnitch comienza a mostrarse impaciente por los infructuosos esfuerzos de transportar a los especímenes de Ciudad 7 hasta su presencia, ordenando redoblar esfuerzos a sus hombres, asignando a Sivil a cargo de las operaciones, para beneplácito de Gigil, teniendo sin embargo la misteriosa mujer en mente solamente a Basara, a quien se refiere como “Anima Spiritia”.

Intrigado por la insistencia de Mylene de ocultar el hecho de que es integrante de Fire Bomber, Gamlin decide acercarse a Ray, quien le sugiere asistir a uno de sus conciertos, lo que resulta una experiencia completamente nueva para el inflexible piloto que a lo largo de su vida ha mostrado poco interés en actividades de la vida civil.

En ese momento Sivil aparece para comandar el ataque a Ciudad 7, saliendo Basara nuevamente a catar en su valquiria, mientras Gamlin toma prestada la valquiria de la Alcaldesa Milia fracasando miserablemente al volverse a enfrentar con Sivil, para horror de Milia al ver su atesorada valquiria destruida.

Gigil idea un plan para transportar Ciudad 7 sin necesidad de infiltrarse, posicionando varios de sus destructores espaciales estratégicamente, a los costados de la nave humana iniciando cada una un pliegue espacial hasta la ubicación de Gepelnitch, sin embargo este plan es frustrado por la oportuna aparición del “Battle 7” que  embiste al crucero en donde se encontraba Gigil para dar al traste con sus intenciones, transportando así a Ciudad 7 a otro punto desconocido de la galaxia.

Durante la batalla, Sivil confronta a Basara nuevamente, sólo para recibir el mismo efecto de choque, lo que habría de repetirse una y otra vez, lo que causa gran frustración en Basara al verse imposibilitado de comunicarse con ella, por quien ya se siente cautivado.

Exhausta tras la confrontación con Basara, Sivil cae accidentalmente dentro de las vías del metro de Ciudad 7, infiltrándose así entre los civiles, y absorbiendo su spirita, lo que causa una reacción de sumo estrés entre la población zentradi de la ciudad, lo que causa un atentado terrorista por parte de zentradis inconformes al verse acentuado su instinto guerrero por la presencia de Sivil, llevándoles así a tomar el ayuntamiento de la Ciudad y a su alcaldesa como rehén.