En las filas enemigas

Durante la operación, los zentaredie logran capturar a Misa, Hikaru y Kakizaki sometiéndolos a un riguroso interrogatorio en la presencia del mismísimo Bodolzer, en el que tanto los humanos como su contraparte zentradi entenderían más y más cosas uno del otro, deduciendo Misa y sus protectores la naturaleza bélica de la raza zentradi, quienes muestran una total ignorancia de las costumbres humanas y parecen no tener interacción con las mujeres de su especie más allá de las operaciones militares.

Es durante el interrogatorio que los zentradis presenciarían un beso, a exigencia de Bodolzer quien confirma sus sospechas sobre el origen de los micrones, considerándolos una amenaza al modo de vida zentradi al ser poseedores de la antigua cultura perdida que ellos mismos habían desechado decenas de miles de años antes.

Gracias al enorme impacto que causó la interacción entre hombres y mujeres, agudizada con las muestras de afecto como la de un beso Hikaru, Misa y Kakizaki desarrollan un plan de escape para impresionar a sus enemigos y aprovechar la confusión, siendo ayudados por su compañero Maximilian Jenius quien reaparecía luego de haber sido expulsado de la nave por el vacío del espacio exterior.

Al lograr volver a la fortaleza Macross a bordo de un dispositivo de batalla enemigo, los jóvenes soldados entregan un informe de lo que presenciaron, destacando el enorme poder de la flota principal zentradi que es capaz de destruir un planeta entero en un abrir y cerrar de ojos, con apenas una mínima fracción de su poder, aunque al no poseer evidencia visual, su testimonio es desacreditado.