Mari Iijima continuó su constante producción discográfica, procurando cierta periodicidad en sus lanzamientos, a pesar de no contar con una "amplia" aceptación del público, llegando a expresar su desaliento con frecuencia en sus redes sociales, algo un tanto paradójico, pero que al mismo tiempo habla de su auténtica vena artística, y su necesidad de seguir expresándose a través de su música con esfuerzos de calidad poco constante en últimos años, algunos EP’s y más tributos a Minmay, de toda clase participando en conciertos conmemorativos en Japón, entre otras cosas.

En la actualidad Iijima continúa lanzando discos y realizando pequeñas presentaciones en Los Angeles, y presentándose en convenciones incluso en América Latina, una región con la que ha procurado conectarse constantemente y que ha aprendido a apreciar, realizando exitosas presentaciones en convenciones de México y Chile, habiendo según ella ya hecho las pases con el personaje que fue a la vez una bendición y una maldición, un estigma que por desgracia no se borrará, pero del que ha sabido sacar partido para continuar con su expresión artística la cual por lo visto, tampoco desaparecerá, pues ella en verdad es una artista nata.