Hacia una nueva era
Esta influencia occidental, principalmente por la hegemonía americana ejercida sobre la isla, se vio reflejada en la "cultura pop" del Japón, lo que por supuesto incluía la creación de medios de entretenimiento como lo son las citadas series de animación, pero aparte de ello, había un factor que se convertiría en algo crucial y que le otorgaría una identidad única al proyecto, y lo haría sobresalir de sus similares, y que forma parte de la cultura popular de cualquier país, como lo es la música.
Hacia finales de los años 70’s, la música "pop" era bastante diferente a la que podemos percibir hoy en día; a lo largo y ancho del mundo, la balada romántica de intérpretes principalmente masculinos ejercía un papel dominante sobre todo en territorios de América latina además de países mediterráneos como España e Italia, caracterizada por marcados elementos orquestales. Este género musical contribuyó a construir el arquetipo de lo que a la postre sería conocido como el tipo de música que la mayoría de la gente considera aceptable, siendo compuesta con el fin de ser tan popular como sea posible, no siendo esto nada diferente en Japón que se encontraba además forjando una identidad completamente nueva para proyectar hacia el mundo, particularmente occidente.
El resultado de esta influencia occidental en la música japonesa de la era "Showa", dio origen a un movimiento conocido como “Kayokyoku”, que puede traducirse como “melodía popular”, siendo este el equivalente de la antes mencionada balda romántica, y que más que un género musical en sí, sería más bien un movimiento cultural que modernizaría las tendencias musicales de un país que seguía construyendo una nueva identidad, por lo que muchos especialistas consideran este movimiento como un antecesor directo de lo que hoy es conocido como el siempre controvertido “j-pop” (o en esencia… el pop japonés moderno).
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